Navegando en las profundidades de internet, encontramos una valiosa lección de vida.
Esta vez dada por un perro y un delfín. (Si, un perro y un delfín, con todos estos cambios del mundo, ellos parecen más certeros que nosotros)
El perro labrador, llamado Ben, a pesar de contar con un cariñoso dueño, pudo encontrar otro mejor amigo, en donde nadie en el mundo, con estabilidad mental, pudo haberse imaginado.
El perro Ben, dirigiéndose hacia las costas del la Isla Tory, para despejarte y relajarse del estrés de ser perro, al nadar SE TOPÓ CON UN DELFÍN, el cual no se convirtió en un simple encuentro, sino en una hermosa pero inusual amistad.
Este amigable delfín, a quien lo llaman Duggie, tenía un compañero, como todos los delfines normales, con el cual pasan toda su vida, pero este ya lo había perdido hace un tiempo, aunque sabemos que Duggie, no es normal.
Por suerte apareció Ben para hacerlo más feliz y ser su nuevo compañero. Un raro compañero.
Un perro y un delfín siendo mejores amigos, es un poco anormal no?
Pero, nos demuestra algo importante, la amistad no conoce ningún límite, ya que puede encontrarse hasta en los lugares menos esperados.
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Lo que Ben y Duggie han construido es tan potente, que el delfín no se atrevió a dejar ese lugar para unirse a los de su especie.
No hay duda de que la fidelidad no sigue ninguna ley, ni se basa en la raza o especie.