Melissa Raouf ha hecho historia por ser la primera mujer en presentarse y llegar a la final en este certamen sin usar ni gota de maquillaje. Aunque hay muchas otras preguntas detrás que abren un gran debate (donde el maquillaje es lo de menos).
Melisa Raouf (20, Inglaterra), finalista de Miss England. Todo ok hasta aquí. Una noticia más. Hasta que lees lo siguiente: sin utilizar maquillaje.
Los medios se hacían eco de la noticia: la primera reina de la belleza sin maquillaje. Pero cuidado, porque esto es hilar muy fino. Sí es cierto que Raouf ha hecho historia: es la primera mujer que participa y llega a la final en los casi 100 años que tiene el certamen, que no usa maquillaje. Pero, ¿qué mensaje podemos sacar de todo esto?
“Significa mucho para mi porque siento que muchas mujeres de diferentes edades se maquillan porque se sienten presionadas a hacerlo”, decía Raouf en una entrevista al periódico británico Independent.
Y es que, según continuaba en sus declaraciones la modelo, “si uno está feliz con su propia piel, no deberíamos obligarnos a cubrirnos la cara con maquillaje. Nuestros defectos nos hacen quienes somos y eso es lo lleva a que cada individuo sea único”.
Sobra decir que cada cual es libre de mostrarse como quiera -con o sin maquillaje-. Pero es esperanzador el mensaje que Raouf ha lanzado, pues reconoce que ha utilizado maquillaje durante toda su vida y decidió poner fin cuando consiguió aceptarse tal y como es, en su propia piel: “nunca sentí que cumpliera con los estándares de belleza. Recientemente acepté que soy hermosa en mi propia piel y por eso decidí competir sin maquillaje”.
Lo cierto es que esos estándares de belleza son los que han hecho durante años que nos hagamos preguntas. Y quizás sea en esta última parte de donde podamos obtener el mensaje más fuerte de su lección, que no es más que una señal que vuelve a poner en entredicho a los famosos concursos de las reinas de belleza. ¿Qué es ser una reina de la belleza? ¿De qué belleza? ¿Quién establece los cánones? ¿En base a qué? Realmente el maquillaje es lo de menos. Quizás sería más positivo empezar a plantearse, en vez de si es más o menos válido presentarse a estos certámenes con o sin maquillaje, si no deberían los concursos de belleza -expresiones absolutas de la cultura patriarcal-, dejarse en el pasado. O mejor aún: ¿debería el concepto de belleza replantearse de una vez por todas?
El debate está servido pero desde aquí, nuestro aplauso a Melisa.
Fuente: ELLE