Whitney Houston dejó todo planificado para que a su hija, Bobbi Kristina Brown, no le hiciera falta nada en la vida. Por eso, en su testamento dejó escrito bien claro que toda su fortuna, estimada en unos 20 millones de dólares, pasara únicamente a las manos de su hija. Según destacan desde «People», cuando la chica cumplió los 21 años, tuvo acceso a una «pequeña» fracción de ese dinero (10%, es decir, dos millones de dólares), que terminaría de recibir en dos partes más, cuando alcanzara los 25 años, y después, la parte final, a los 30.
Pero estos plazos ahora no se podrán cumplir debido al fallecimiento de la chica. Este domingo, la única hija de Houston fallecía tras haber permanecido en coma durante seis meses. En enero fue hallada inconsciente en la bañera de su vivienda, y desde entonces no mostró signos mejoría.
La familia de la joven, única beneficiaria en vida de ese dinero, tendrá que recurrir a un apartado poco agradable de ese testamento que dejó Houston en 1993, el año en que nacía su hija, y décadas antes de que ella misma muriese en la bañera de la habitación de un hotel.
Según lo apuntado en el testamento, si Bobbi Kristina no se había casado y tampoco había tenido hijos para el momento de su muerte antes de los 30 años, el resto de los millones se repartirían entre los familiares de Houston, es decir, su madre, Cissy Houston, y sus hermanos, Michael y Gary.
Bobby Brown (padre), y su familia, ha estado muy involucrado con la salud de su hija. De hecho, fue nombrado tutor legal de la chica para tomar decisiones sobre su situación médica, sin embargo, no tiene acceso a los bienes de Bobbi, aunque él sea en realidad su familiar más cercano. Brown aparecía originalmente en el testamento de Houston, pero perdió sus derechos al divorciarse de la cantante en el año 2007.