Aunque la gran novedad está en un sistema 100% eléctrico que ofrece lo último en tecnología y que llega con el toque de deportividad propio de la marca, y es que según sus responsables este modelo es todo un Porsche. Tanto que ha logrado hacerse con el récord de un vehículo eléctrico de producción en Nürburgring, con un tiempo de 7:42 minutos.
Encontramos una potencia de
680 CV y una aceleración en el 0 a 100 en
3,2 segundos y su velocidad máxima, como en su hermano mayor, es de
260 km/h. Todo en un coche de
2.295 kg pero que cuenta además con la habituales tecnologías de la marca para convertirlo en un auténtico Porsche, como el PASM (Porsche Active Suspension Management), Porsche Dynamic Chassis Control Sport (PDCC Sport) o el Porsche Torque Vectoring Plus (PTV Plus) y por supuesto un sistema
Launch Control cuyo potencial ya hemos descubierto sobre un portaaviones.