Hay estudios que afirman que en torno al 84% de las personas no dicen la verdad online, aunque los motivos para hacerlo pueden ser diferentes a los de la vida real.
En Internet, la mentira parece ser lo más normal y hasta convertirse en una anécdota. Existen estudios y estadísticas respecto al tema : por ejemplo encuesta publicada en la revista Computers in Human Behavior, solo un 16% de las personas son completamente honestas en la red. Una cifra que incluso puede parecer alta, y es que según este mismo estudio, un 98% de los usuarios de Internet creen que las personas con las que interactúan mienten por diferentes motivos, como preservar su intimidad, o parecer más atractivos a la hora de interactuar.
Mediante un modelo matemático es posible determinar por qué mentimos en las redes sociales, cómo se clasifican las mentiras, e incluso, el afecto que tienen entre las personas que se comunican cotidianamente.
Sociólogos, antropólogos, psicólogos, físicos y matemáticos se han dado a la tarea de analizar, desde su perspectiva, cuál es la función de las mentiras en las redes sociales y cómo afectan; además estudian qué parte del cerebro está involucrada en mentir.
Investigaciones alrededor de la mentira
Investigadores del Departamento de Física Química del Instituto de Física de la UNAM (México), colaboraron en la parte matemática de un proyecto, afirmaron que las mentiras son esenciales para mantener la estructura de la red social, esto es, para cohesionar a las comunidades pequeñas ligadas entre sí y que, al mismo tiempo, tienen vínculos muy “débiles” con los demás.
“Si una persona le miente a otra es porque obtendrá un beneficio mayor que si es honesto; si la mentira beneficia a quien se la expresamos, se dice que es una mentira prosocial, en cambio, si el beneficiado es el mentiroso, se trata de una mentira antisocial”, destacó el físico.
Entonces, de acuerdo con el estudio que realizamos, las mentiras prosociales contribuyen a la cohesión de la red, mientras que las antisociales provocan que la gente se distancie y rompa con esa relación virtual. Lo interesante en este sentido, es que las mentiras antisociales están siempre presentes en las redes sociales.
Lo primero que habría que analizar es si la mentira en Internet responde a una cuestión psicológica de cada individuo, o si el hecho de que sea un acto tan generalizado hace pensar que se trate más bien de una dinámica social.
Sin embargo, no olvidemos que Internet, cada día más, supone una cierta presión social en nuestro comportamiento. “Somos seres sociales y obviamente lo que hacemos y pensamos públicamente es un pilar básico de la imagen que los demás tienen sobre nosotros. Eso sí, si necesitamos mentir para ser aceptados, o si nos parece que nuestra versión online es mejor que la real, igual necesitamos replantearnos cosas”.