Miles de escorpiones aparecieron en las calles y casas de Asuán, provocando cientos de picaduras que inoculan un potente veneno neurotóxico.
Las tormentas de los últimos días en el sur de Egipto no sólo han provocado inundaciones récord en la ciudad de Asuán, una localidad de 210,00 personas ubicada al este del Nilo: también una invasión de escorpiones amarillos que ha dejado al menos 500 heridos y tres víctimas mortales.
Encontrar escorpiones incluso en las urbes más pobladas es habitual en Egipto, especialmente durante los meses más cálidos, cuando aparecen con más frecuencia en árboles, techos, paredes y dentro de cajones, zapatos o entre sábanas.
Sin embargo, las tormentas de mediados de noviembre inundaron las madrigueras y principales escondites de miles de escorpiones, provocando una invasión en las calles y al interior de las casas en Asuán.
El escorpión amarillo (Leiurus quinquestriatus) es una de las especies más venenosas en todo el mundo. Su exoesqueleto puede alcanzar hasta doce centímetros de largo y es fácilmente reconocible tanto por la tonalidad amarilla que varía desde un amarillo anaranjado hasta un tono limón, como por una franja negra delinea el final de su cola.
La picadura del escorpión amarillo produce un dolor intenso en el sitio inmediatamente después del ataque; sin embargo, el mayor riesgo está en las neurotoxinas que incluye su veneno. Si bien en la mayoría de casos no resulta mortal, en personas con un sistema inmune debilitado o con problemas cardíacos, su picadura puede traer complicaciones que resultan fatales.
Además del dolor en la zona de la picadura y una sensación de calor, los principales síntomas del veneno en el sistema nervioso incluyen adormecimiento u hormigueo (comúnmente en la lengua o garganta), dificultad para respirar, espasmos, taquicardias, náuseas y vómito.