Ubicada en el departamento de Maldonado, Piriápolis fue el primer balneario de Uruguay que ofrece una gran cantidad de hoteles y posee una activa vida nocturna durante los meses del verano.
Se encuentra a unos 60 kilómetros de Atlántida, 130 kilómetros de La Paloma y a tan sólo 35 kilómetros de Punta del Este, la ciudad de Piriápolis tiene como eje principal la rambla de Los Argentinos y la avenida Costanera Francisco Piria, quien fue su fundador y uno de los vecinos más ilustres de esa ciudad.
Sus playas se ubican a lo largo de una franja de 25 kilómetros de costa, desde los arroyos Solís hasta el hito de Punta Negra. Todas ellas, de blancas arenas y aguas limpias, reciben cada verano infinidad de turistas argentinos, paraguayos y europeos que se acercan a conocer ese paraíso.
Fuente de Venus
Otro de los lugares imperdibles por conocer al estar en Piriápolis es la Fuente de Venus. El centro de esta Fuente se encuentra representada por la propia diosa griega del amor, quien sostiene entre sus manos un cántaro que lanza un brote de agua.Esta obra forma parte de una trilogía, que es completada con la Fuente de Stella Maris (Cerro San Antonio) y la Fuente del Toro (Cerro del Toro).
La historia cuenta que Francisco Piria quiso que el balneario tuviera una fuente exactamente igual a la que había visto en la famosa localidad italiana de Villa Paravicini, y así lo concretó. A comienzos de la segunda década del siglo XX, la mandó a crear y la localizó en medio de un hermoso parque con hermosas flores y arbolado.
Cerro y Reserva Pan de Azúcar
Su altura sobrepasa ampliamente los 300 metros, y lo convierten en un mojón de referencia desde cualquier punto de Piriápolis. Su enorme estructura sirve de base a una cruz de 35 metros que se erige sobre su cumbre.
Es posible -y muy recomendable- subirlo caminando, ésta es una experiencia apasionante que no solo gratifica con la llegada a la cima, sino que también significa un reconfortante paseo que permite el contacto con la naturaleza: desde hace tres décadas en su base y laderas se encuentra la Reserva de Fauna y Flora autóctona más grande de ese país.
Para este verano en San Bernardino, Itaú tomó la iniciativa de reemplazar las tradicionales lonas publicitarias por jardines verticales, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad visual de la ciudad.
Durante cada temporada de verano, se ve una gran cantidad de carteles, lonas y afiches por cada rincón de la ciudad de San Bernardino que buscan captar la atención de los visitantes.
Conscientes de este problema, el Banco Itaú Paraguay decidió apostar por el efecto positivo de los espacios verdes para el medio ambiente y las personas, reemplazando sus lonas y carteles publicitarios ubicados en la ciudad del verano por plantas y flores compuestas en jardines verticales, creando así un Paseo Natural.
Esta iniciativa no solo contribuirá a la disminución de carteles en la localidad, sino que también será un hincapié para construir más espacios verdes. Asimismo, busca aportar una experiencia agradable, fresca y amigable con el entorno para todos aquellos que visiten San Bernardino durante estas vacaciones de verano.
Mientras se disfruta del Paseo Natural, todos los ciudadanos y turistas pueden realizar el recorrido por las instalaciones experimentales del Circuito del Recuerdo, ubicado en diferentes puntos del centro de la ciudad, a través de las cuáles podrán conocer más acerca de la Guarania más famosa del mundo “Recuerdos de Ypacaraí” y otras canciones inspiradas en el famoso lago.
Itaú invita a realizar este recorrido en bicicleta, las cuales pueden ser retiradas del parador ubicado en la esquina del Club Nacional, frente al monumento al soldado desconocido. Este servicio está disponible todos los días de 10:00 a 18:00 horas.
Para conocer más sobre la iniciativa y Circuito del Recuerdo, visitá @itauparaguay en Facebook, Instagram, YouTube y Twitter.
Erika Hüttemann, dulces artesanales saludables, te espera toda la temporada en su local ubicado en la peatonal de San Bernardino.
Encontralo frente a la peatonal, en un lugar temático ideal para quedarse a disfrutar de los mejores postres, alfajores y helados artesanales sin azucar, sin gluten y sin lactosa. Son productos 100% aptos para las personas diabeticas y celiacas.
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Expertos explican los once beneficios que puede brindar el viajar en solitario.
Viajar siempre será un buen plan. Conocer el mundo y nuevas culturas es algo que puede llamarle la atención a muchos. Sin embargo, cuando se piensa en esta actividad, suele surgir la duda de quién podría acompañarle. ¿Ha pensado que no es necesario viajar en compañía? Se puede hacer solo.
A pesar de que suene extraño, viajar en solitario se ha vuelto una práctica muy común. Un artículo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) asegura que el hacerlo puede traer beneficios en su salud mental y al desarrollo de su personalidad.
En el análisis, el profesor Pablo Díaz, de la facultad de Estudios de Economía y Empresa de la UOC, explica que el auge de los ‘solo travellers’ es una dinámica propia de los tiempos que se están viviendo.
Este tipo de experiencias generan retos que le enseñan al viajero a ser flexible, autónomo en su aprendizaje y le dan la oportunidad de mejorar sus habilidades sociales, gracias a que debe interactuar con personas que no conoce y adaptarse a un ambiente nuevo, buscando ayuda externa.
Según Díaz, esta tendencia que cada vez toma más fuerza se está popularizando por varios motivos. En primer lugar, las redes sociales son un factor que ayuda a visibilizar y compartir las experiencias de los viajeros, creando así un atractivo y una comunidad en crecimiento.
Por otro lado, el tema económico es importante, ya que moverse en solitario puede representar menos gastos y una mayor flexibilidad al momento de hacer planes. Si algo sale mal, al final será más fácil resolverlo.
Además, aspectos como el envejecimiento, la crisis de modelos de familia tradicional o el empoderamiento femenino tienen bastante que ver con todo ello, al volverse una motivación para buscar experiencias que fortalezcan la personalidad del viajero.
Sin embargo, para poder comprender de una manera más concreta las ventajas que trae el viajar solo, la profesora colaboradora Sílvia Sumell, del centro de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, enumeró en el artículo los once beneficios de esta práctica.
1. Aumenta la seguridad y autoestima.
2. Mejora la toma de decisiones, puesto que de alguna forma todo depende de una sola persona y no hay demasiado espacio para dejarse llevar por los demás.
3. Aumenta el nivel de bienestar global.
4. Se crean nuevas conexiones neuronales, gracias a las nuevas situaciones a las que se ve expuesto el viajero.
5. Se aprende a estar consigo mismo.
6. Se rompe el mito de no poder viajar porque no hay con quién hacerlo.
7. El viajero aprende a enfrentarse a situaciones y sentimientos que normalmente evitaría en compañía.
8. Es una oportunidad para enfrentar miedos e inseguridades.
9. Se aprende a buscar recursos para resolver diferentes situaciones o problemas que pueden surgir.
10. El sujeto potencia diferentes áreas cognitivas como la orientación espacial, la capacidad de organización y planificación, las funciones ejecutivas, la capacidad de atención, concentración y memoria, el aprendizaje o práctica de un idioma o palabras nuevas y la potenciación de nuestras habilidades sociales.
11. Se da la oportunidad de romper falsos mitos sobre la gente y su cultura.
Por su parte, el profesor de los Estudios de Economía y Empresa y director del máster universitario de Responsabilidad Social Corporativa, Lluís Garay, también complementa esto diciendo que la experiencia del viajero se verá marcada por cómo la industria turística asuma esta tendencia.
Según lo que explica, los destinos que reciben viajeros solitarios tendrán que hacer cambios “especialmente en cuanto al tipo de alojamiento (habitaciones de uso individual), restauración (opciones para viajeros en solitario) u ocio (esto ya más vinculado con las motivaciones)”.