Jamie Spears tendrá que sentarse de nuevo ante un juez para aclarar algunos de los aspectos más polémicos de la tutela judicial de su hija Britney Spears, un mecanismo de supuesta protección que él gestionó durante 13 años, antes de que la propia justicia le quitara sus funciones y, eventualmente, pusiera fin al particular calvario de la princesa del pop.
Entre los argumentos que contribuyeron a tumbar ese periodo de tutela, destacaban las acusaciones de que Jamie Spears había hecho un uso fraudulento e interesado del patrimonio económico de la diva, así como otras ligadas a las medidas abusivas y denigrantes que supuestamente había puesto en marcha para tenerla controlada en todo momento.
“Su hija finalmente es libre. Su hija está casada. Su hija está feliz. Su hija quiere seguir adelante, declaró Rosengart ante algunos medios de comunicación tras su salida de la corte. “Señor Spears, si ama a su hija como dice que la ama, debería dejarla en paz”, puntualizó.
Ahora, la magistrada Brenda Penny ordenó al papá de la cantante que vaya a declarar antes del 12 de agosto para dar explicaciones sobre el presunto espionaje que habría dirigido contra Britney en esos terribles tiempos.
Según los abogados de la intérprete de Oops!… I Did It Again, Jamie habría instalado micrófonos en su habitación y tendría en su poder horas y horas de grabaciones referentes a conversaciones íntimas.
Jamie habría tratado de evitar a toda costa esa citación judicial que finalmente le ha llegado. De hecho, Rosengart se quejó abiertamente de las hipotéticas maniobras que habría desplegado el padre de su clienta para intentar sortear esa orden, que podría meterlo en graves problemas si no la gestiona con eficacia.
Por lo pronto, Jamie tendrá que entregar al tribunal, de haberlas, las citadas grabaciones, los equipos electrónicos que habría utilizado y los mensajes de texto intercambiados con su antiguo abogado.
Una de las revelaciones más impactantes del documental Controlling Britney Spears , producido por el diario The New York Times que reveló los detalles más polémicos y escabrosos de la tutela judicial que tuvo que soportar Britney Spears durante 13 años, hacía referencia a las técnicas que habría empleado Jamie Spears, papá de la cantante, para tenerla vigilada y controlada en todo momento.
La más llamativa de ellas implicaba la supuesta instalación de micrófonos en el dormitorio de la intérprete, con los que Jamie habría espiado a la diva del pop para adelantarse a cualquier intento de transgresión de las normas, de las que se demostró que eran abusivas, desproporcionadas y lesivas de sus derechos humanos fundamentales.
Sin embargo, esa historia podría ser falsa, o eso aseguró al menos el papá de la artista en una declaración bajo juramento a la Corte Superior de Los Ángeles. “Estoy al corriente de esa acusación… Que había instalado micrófonos en su cuarto para vigilarla durante la tutela. Esa afirmación es falsa”, dice una parte del texto.