A sus 28 años, la neoyorquina Kassandra Jones se gana la vida intercambio su material genético por dinero para saldar su agobiante deuda con el sistema educativo de Estados Unidos.
¿Hasta qué extremo serías capaz de llegar para saldar tus deudas? Una joven de 28 años de Nueva York, Estados Unidos, llamada Kassandra Jones fue capaz de vender sus óvulos congelados a cambio de una importante suma de dinero para amortizar sus agobiantes préstamos estudiantiles y su historia se hizo viral al narrar lo que se vio obligada a hacer al no tener “ninguna otra opción”.
De acuerdo al diario británico Mirror, uno de los medios que compartió originalmente su caso, Jones contó que decidió vender sus óvulos al no poder aplicar a ninguna beca para apoyarla mientras obtenía una maestría en salud pública. Ahora, cinco rondas de donaciones de óvulos después, llegó a recolectar 50,000 dólares para amortizar su deuda que asciende a unos 167,000 dólares.
A pesar de tener tres trabajos mientras obtenía su título universitario, y de vivir en casa de sus padres para ahorrar en alquiler, Kassandra todavía tenía una deuda de 25,000 dólares. Fue así que, en un esfuerzo por lograr su sueño de convertirse en nutricionista, decidió vender sus óvulos para obtener algo de efectivo para ponerse al corriente.
Entre la espada y la pared
Después de conversar con una amiga que había ganado el salario de cuatro meses en tan solo unas pocas semanas, Kassandra Jones, que entonces tenía 23 años, se animó a hacerlo y recibió 9855.20 dólares por cada ronda. “Escuchar ese número [de las donaciones de óvulos] en voz alta cada vez que casi me deja sin aliento”, señaló.
Si bien hubiera deseado que dicha cantidad de dinero no se destinara en su totalidad para pagar sus préstamos estudiantiles sino para la inicial de una casa o empezar su negocio, ella dijo que fue lo mejor que pudo haber hecho ya que su endeudamiento solía “mantenerla despierta por las noches” y “sentía que no había una luz al final del túnel”.
En palabras de la propia Kassandra, cuando uno está desesperado por resolver las cosas como un adulto joven y tiene una deuda enorme del sistema educativo, “realmente te pone entre la espada y la pared” y fue así que optó por la donación de óvulos para la fertilización in vitro, un método que le permitió a varias de sus amistades cubrir sus gastos.
Sin dolor no hay ganancia
La donación de óvulos puede llegar a ser para la donante un proceso “intensivo”, tanto física como emocionalmente (desde presión e hinchazón en el bajo abdomen, antojos, cambios en el deseo sexual, deshidratación hasta dolores que le imposibilitaban caminar, pararse, sentarse o reír) pero significa una ganancia entre 5,000 y 10,000 dólares por sus óvulos congelados.
Sin embargo, el costo de comprarlos, junto con el tratamiento médico, puede oscilar entre 10,000 y más de 40,000 dólares. Si bien para ella el donar material genético no es un problema para ella ya que entendía que no se trataba de un hijo per sé, su forma poco convencional de ganarse la vida divide opiniones, particularmente con las generaciones mayores.
“Las generaciones mayores no tienen idea de cómo se siente esto con las nuevas circunstancias que tenemos que soportar. En las décadas de 1970 y 1980, la matrícula y las tarifas más el alojamiento y la comida en una universidad de cuatro años eran de $1400. Ahora es un promedio de $22,000, que todavía se considera bajo para la mayoría de los estudiantes”, finalizó.
Fuente: MAG