En la Riviera Francesa, a orillas del mar Mediterráneo y al pie de los Alpes, se encuentra Niza, una de las ciudades más admiradas por la Costa Azul. Rodeada por un ondulado paisaje de suaves colinas, esta a 230 kilómetros de Marsella, a tan solo 30 de la frontera con Italia y 960 de París. A la ciudad, el principal centro turístico de la región, se puede llegar en avión- cuenta con el tercer aeropuerto más importante de Francia- o en tren, hasta la estación Nice-Ville.
Un poco de Historia
Niza fue fundada alrededor del año 350 a.C por marinos griegos asentados en Marsella, que buscaban una buena locación para un puerto. Se cree que fue bautizada en honor a la diosa griega de la victoria, Niké, para conmemorar una batalla ganada cerca de la costa. Luego fueron los romanos quienes tomaron el control de esas tierras. También estuvo en manos de los lombardos y más tarde bajo el manto de Génova. En 1388, la ciudad se anexo al Ducado de Saboya con la condición de nunca ser entregada a los franceses. En 1860, con unificación de Italia avanzada se firmó el Tratado de Turín, en el que Niza era entregada a Francia a cambio de la ayuda a los galos en la guerra contra los austriacos.
Hoy, Niza combina la calidez y pasión de los italianos con la distinción francesa. Esa mezcla le da una identidad única que es apreciada por viajeros de todo el mundo, que la convierten en la ciudad francesa más visitada después de Paris.
Postales mediterráneas
Las rocosas playas con cantos rodados, arena blanca, y mar turquesa de Niza convocan a miles de turistas cada año, y en la época victoriana sedujeron a la realeza inglesa, que escapaba del frio invierno inglés para vacacionar en el templado clima de la Costa Azul.
Entre las playas públicas, una de las más populares es Les Ponchettes, la segunda más grande de la ciudad, y si bien puede ser ruidosa, su ubicación es perfecta para pasar un rato frente al mar.
Una opción para disfrutar de playas más tranquilas y con arena es dirigirse a Antibes, un pequeño pueblo a sólo 20 kilómetros al oeste. Allí también está el Museo Picasso, que alberga 150 pinturas del artista español. Un poco más hacia el oeste, Juan-les-Pins es otro pueblo que ofrece una experiencia similar. A ambos se puede llegar en tren o autobús.
Otro de los sitios para visitar es la Colline du Chateau, una fortificación militar que fue destruida en 1706 por orden Luis XIV. Aunque no queda mucho de las ruinas desde sus 90 metros se consigue una vista espectacular.
Para este verano en San Bernardino, Itaú tomó la iniciativa de reemplazar las tradicionales lonas publicitarias por jardines verticales, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad visual de la ciudad.
Durante cada temporada de verano, se ve una gran cantidad de carteles, lonas y afiches por cada rincón de la ciudad de San Bernardino que buscan captar la atención de los visitantes.
Conscientes de este problema, el Banco Itaú Paraguay decidió apostar por el efecto positivo de los espacios verdes para el medio ambiente y las personas, reemplazando sus lonas y carteles publicitarios ubicados en la ciudad del verano por plantas y flores compuestas en jardines verticales, creando así un Paseo Natural.
Esta iniciativa no solo contribuirá a la disminución de carteles en la localidad, sino que también será un hincapié para construir más espacios verdes. Asimismo, busca aportar una experiencia agradable, fresca y amigable con el entorno para todos aquellos que visiten San Bernardino durante estas vacaciones de verano.
Mientras se disfruta del Paseo Natural, todos los ciudadanos y turistas pueden realizar el recorrido por las instalaciones experimentales del Circuito del Recuerdo, ubicado en diferentes puntos del centro de la ciudad, a través de las cuáles podrán conocer más acerca de la Guarania más famosa del mundo “Recuerdos de Ypacaraí” y otras canciones inspiradas en el famoso lago.
Itaú invita a realizar este recorrido en bicicleta, las cuales pueden ser retiradas del parador ubicado en la esquina del Club Nacional, frente al monumento al soldado desconocido. Este servicio está disponible todos los días de 10:00 a 18:00 horas.
Para conocer más sobre la iniciativa y Circuito del Recuerdo, visitá @itauparaguay en Facebook, Instagram, YouTube y Twitter.
Erika Hüttemann, dulces artesanales saludables, te espera toda la temporada en su local ubicado en la peatonal de San Bernardino.
Encontralo frente a la peatonal, en un lugar temático ideal para quedarse a disfrutar de los mejores postres, alfajores y helados artesanales sin azucar, sin gluten y sin lactosa. Son productos 100% aptos para las personas diabeticas y celiacas.
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Fernando de la Mora
Encarnación
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Expertos explican los once beneficios que puede brindar el viajar en solitario.
Viajar siempre será un buen plan. Conocer el mundo y nuevas culturas es algo que puede llamarle la atención a muchos. Sin embargo, cuando se piensa en esta actividad, suele surgir la duda de quién podría acompañarle. ¿Ha pensado que no es necesario viajar en compañía? Se puede hacer solo.
A pesar de que suene extraño, viajar en solitario se ha vuelto una práctica muy común. Un artículo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) asegura que el hacerlo puede traer beneficios en su salud mental y al desarrollo de su personalidad.
En el análisis, el profesor Pablo Díaz, de la facultad de Estudios de Economía y Empresa de la UOC, explica que el auge de los ‘solo travellers’ es una dinámica propia de los tiempos que se están viviendo.
Este tipo de experiencias generan retos que le enseñan al viajero a ser flexible, autónomo en su aprendizaje y le dan la oportunidad de mejorar sus habilidades sociales, gracias a que debe interactuar con personas que no conoce y adaptarse a un ambiente nuevo, buscando ayuda externa.
Según Díaz, esta tendencia que cada vez toma más fuerza se está popularizando por varios motivos. En primer lugar, las redes sociales son un factor que ayuda a visibilizar y compartir las experiencias de los viajeros, creando así un atractivo y una comunidad en crecimiento.
Por otro lado, el tema económico es importante, ya que moverse en solitario puede representar menos gastos y una mayor flexibilidad al momento de hacer planes. Si algo sale mal, al final será más fácil resolverlo.
Además, aspectos como el envejecimiento, la crisis de modelos de familia tradicional o el empoderamiento femenino tienen bastante que ver con todo ello, al volverse una motivación para buscar experiencias que fortalezcan la personalidad del viajero.
Sin embargo, para poder comprender de una manera más concreta las ventajas que trae el viajar solo, la profesora colaboradora Sílvia Sumell, del centro de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, enumeró en el artículo los once beneficios de esta práctica.
1. Aumenta la seguridad y autoestima.
2. Mejora la toma de decisiones, puesto que de alguna forma todo depende de una sola persona y no hay demasiado espacio para dejarse llevar por los demás.
3. Aumenta el nivel de bienestar global.
4. Se crean nuevas conexiones neuronales, gracias a las nuevas situaciones a las que se ve expuesto el viajero.
5. Se aprende a estar consigo mismo.
6. Se rompe el mito de no poder viajar porque no hay con quién hacerlo.
7. El viajero aprende a enfrentarse a situaciones y sentimientos que normalmente evitaría en compañía.
8. Es una oportunidad para enfrentar miedos e inseguridades.
9. Se aprende a buscar recursos para resolver diferentes situaciones o problemas que pueden surgir.
10. El sujeto potencia diferentes áreas cognitivas como la orientación espacial, la capacidad de organización y planificación, las funciones ejecutivas, la capacidad de atención, concentración y memoria, el aprendizaje o práctica de un idioma o palabras nuevas y la potenciación de nuestras habilidades sociales.
11. Se da la oportunidad de romper falsos mitos sobre la gente y su cultura.
Por su parte, el profesor de los Estudios de Economía y Empresa y director del máster universitario de Responsabilidad Social Corporativa, Lluís Garay, también complementa esto diciendo que la experiencia del viajero se verá marcada por cómo la industria turística asuma esta tendencia.
Según lo que explica, los destinos que reciben viajeros solitarios tendrán que hacer cambios “especialmente en cuanto al tipo de alojamiento (habitaciones de uso individual), restauración (opciones para viajeros en solitario) u ocio (esto ya más vinculado con las motivaciones)”.