Cuando hasta el New York Timeste hace un perfil, es que estás haciendo algo bien. Algo así ha debido pensar Nicki Minaj, la que ya es considerada ‘la rapera más influyente’ de la Historia. Sobre todo, cuando el último antecedente como portada del diario fue nada más y nada menos que Tupac Shakur.
Amiga de las controversias, Minaj ya está acostumbrada a protagonizar de cuando en cuando portadas. Y eso que en la última en la que se ha visto envuelta es un sujeto pasivo.
Al parecer, su novio, el rapero Meek Mill, tuiteó que no quería que le compararan con el también rapero Drake, amigo de Nicki, porque a diferencia de él, Mill sí que escribía sus propias canciones. Al estilo de toda batalla entre personajes del mundo del rap que se precie, Drake, ofendido, respondió con Charged UpyBack to Back, a lo que Mill respondió con Wanna Know.
Un par de cruces de canciones después y los tabloides han comenzado a especular si más que pelearse por el talento de uno o de otro con los versos, el motivo de tan sonada disputa no podría ser Nicki Minaj, a la que Drake habría dedicado una excesiva atención. “No me hace sentir bien”, le contaba Minaj a Vanessa Grigoriadis, la periodista autora de su perfil en el New York Times, “nunca quieres escoger un bando cuando los que se pelean son personas a las que quieres.
Es ridículo. Sólo quiero que acabe”. Pero lo cierto es que Nicki Minaj ya era toda una personalidad mucho antes de que este revuelo estallase, y que el perfil que le han dedicado en el New York Timesno hace sino confirmar su estatus de estrella.