Megan Fox tuvo muchos problemas luego del estreno de “Jennifer’s Body” cuando el film la consolidó como una sex symbol de Hollywood.
“Creo que tuve una genuina crisis mental donde no quise hacer nada”, Fox expresó en una nueva entrevista, sobre su rol en la comedia de terror del 2009. “No quería ser vista. No quería tomarme una foto, salir en revistas, caminar por la alfombra roja. no quería ser vista en público en absoluto debido al miedo, y la creencia de que se burlarían de mí, o alguien me gritaría, o me atacarían solo por salir afuera”.
“Pasé por un momento muy oscuro luego de eso”, añadió.
La estrella de Transformers dijo que se sintió como una pionera del movimiento #MeToo, que se inició luego de las acusaciones de abuso sexual contra Harvey Weinstein en el 2017. Sin embargo, ella comentó que nadie la tomó en serio en aquel entonces.
“Siento que estaba frente al movimiento #MeToo antes de que el movimiento surgiera. Estuve hablando y dije, ‘Hey, estas cosas me están pasando y NO están bien”, expresó la actriz. “Y todos estuvieron como, ‘Oh bueno, púdrete. No nos importa, te lo mereces’. Porque todos hablaban solo de la forma que te ves o como te vestís, o los chistes que dijiste”.
Fox añadió que no se sintió bienvenida por la comunidad feminista en la industria.
“Aunque me considero feminista, siento que las feministas no quieren que forme parte de su movimiento”, expresó Fox. “¿Quiénes están apoyando a otras mujeres si tan solo algunas de nosotras reciben apoyo?¿Tengo que ser académica o no amenazante para tí de alguna manera?¿Por qué no puedo formar parte del grupo?”
Ahora, Fox reveló que encontró consuelo en la maternidad, luego de recibir junto a su esposo Brian Austin Green, a sus tres hijos.
