Mientras todos festejábamos el comienzo de año, riendo y tomando, la cantante Mariah Carey estaba teniendo una de sus peores presentaciones.
A lo mejor no habría sido tan catastrófico si no se trataba de una de las celebraciones de año nuevo más importantes del mundo, la fiesta en Times Square, Nueva York, frente a miles de personas.
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Lo que pasó fue que la Carey tuvo problemas con el playback y en vez de arreglarlo decidió hacerlo más que evidente intentando remediar una desastrosa actuación que ni la santísima trinidad sería capaz de solucionar.
En lugar de cantar, habló y contó su disconformidad y se enfadó en directo para miles de millones de espectadores.
Al final se hartó y mandó todo al demonio retirándose del escenario. Inmediatamente después, la cantante se convirtió en tendencia de las redes sociales.
Pero veamos el lado positivo, si quedaron en ridículo por los excesos de anoche, al menos no fue ante millones de personas en una transmisión televisiva internacional.