Madonna vuelve a lo grande. Con abrumadoras escenografías y coreografías y vestuario, con toque español, porque Madonna salta al ruedo con traje de torera confeccionado en Zaragoza, aunque también ha recurrido a Moschino, Prada, Gucci o Armani, que le hizo la famosa capa que le jugó una mala pasada en los Brit Awards.
Y es que aunque todo está medido al milímetro, a veces a la cantante le toca improvisar como ya lo hizo en su concierto en Estocolmo, tras los atentados de París. Un discurso a favor de la paz y el más emotivo Like a Prayer.
Un tema que no faltará en un repertorio que reúne desde sus clásicos de los 80 a los temas de su último disco.
Una mezcla de temas de su último álbum “Rebel Heart” y de toda su carrera. “La isla bonita”, “Who’s that girl”, “Into the groove”, “Vogue”, “Deeper and deeper”, “Ghost town” , “Holiday” y “Music”.
Tres décadas de éxitos que avalan a esta polémica estrella, que a los 57 sigue brillando con fuerza.
La diva ha levantado un espectáculo mundial, “Rebel Heart Tour”, con un total de 64 conciertos repartidos entre América, Europa, Asia y Australia.
Con el único objetivo de demostrar que sigue luchando por permanecer en boca de todos y por seguir en el trono. Y a raíz de las primeras ocho paradas ya realizadas está siendo un éxito de público y crítica.
El disco suma otro batacazo musical tras MDNA y pone de manifiesto que las reinvenciones de la “ambición rubia” ya no son lo que eran, ¿habrá cambiado de reina su público?. Aun así, hablar de Madonna es nombrar a uno de los iconos pop de la cultura más contemporánea. Creadora del concepto de reinvención, icono gay, símbolo de la moda y auténtica diva.