Las selfies podrían tener una aplicación médica. Al menos eso se puede inferir de un estudio que publicó el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGRI, por sus siglas en inglés), donde detallaron cómo utilizaron reconocimiento facial para diagnosticar un trastorno genético llamado Síndrome de DiGeorge.
Esta enfermedad produce varios síntomas, entre los que se destacan los defectos cardíacos, hipocalcemia, infecciones frecuentes y problemas en el paladar. De ser diagnosticada a tiempo, se puede tratar de forma temprana para aliviar algunas de sus manifestaciones y, además, reducir su avance.
Para llevar adelante el informe publicado en American Journal of Medical Genetics, los investigadores analizaron 101 fotos enviadas por médicos de 11 países. Esas selfies fueron analizadas con un software de reconocimiento facial y se comapraron determinados rasgos con los de personas que padecen el síndrome de DiGeorge.
El estudio, que se basó en 126 características faciales, permitió diagnosticar correctamente a las personas con ese trastorno, en todos los grupos étnicos analizados, un 96,6% de las veces.
La información recopilada por medio de este estudio se encuentra en el Atlas de síndromes de Malformación humana en diversas poblaciones.
Esta investigación “demuestra cómo el análisis facial tecnológico puede ayudar a los médicos clínicos a realizar un diagnóstico preciso. Este trabajo contribuirá a que se pueda hacer una detección temprana, así como para incrementar el reconocimiento de este mal en todo el mundo”, se destaca en la investigación.
El avance de este tipo de tecnología podría plasmarse, eventualmente, en diferentes aplicaciones que asistirán a los profesionales a determinar diversas enfermedades, no sólo genéticas. Además, abre la puerta para realizar diagnósticos (aunque no necesariamente concluyentes) de forma remota.