Los tiburones podrían convertirse en las víctimas indirectas de la pandemia de Covid-19. Para la elaboración de las esperadas vacunas que ayuden a controlar la propagación del virus, se está utilizando el escualeno, una substancia que se obtiene a partir del aceite de hígado de tiburón. Esto puso en pie de guerra a las organizaciones conservacionistas, que exigen que se busquen alternativas para frenar el asesinato de escualos.
El escualeno es un componente de algunos coadyuvantes que se añaden a las vacunas para reforzar la respuesta inmune, por ejemplo en la vacuna de la gripe (FLUAD, Chiron) que contiene 10 miligramos de ese compuesto por dosis.
Pero para la vacuna del Covid-19 se requieren millones de toneladas y, para ello, se tendrían que matar entre 2.500 y 3.000 tiburones por tonelada. Así lo explicó en declaraciones a EFE Stefanie Brendl, directiva de Shark Allies, la organización con sede en California que investiga este asunto y que ha denunciado el riesgo que corren millones de escualos.
Según esta organización, inmunizar a todos en el mundo con una dosis de una vacuna Covid-19 que contiene escualeno requeriría alrededor de 250.000 tiburones. Esto se duplica a medio millón si se requieren dos dosis, como dicen los investigadores.
Se da el caso que muchas de las especies seleccionadas por ser ricas en escualeno, como el tiburón devorador y el tiburón peregrino, están clasificadas como vulnerables, lo que significa que sus poblaciones están disminuyendo y podrían estar en peligro si continúan las circunstancias que las amenazan.