Meryl Streep es una de las actrices más talentosas, reconocidas y multifacéticas de la industria del cine. Es una de las favoritas de Hollywood, sin duda, pues además de ser requerida en muchos papeles, a sus 73 años es la mujer con más nominaciones de los Premios Oscar y Globos de Oro.
Es una de las celebridades más discretas con su vida privada, tiene un sólido matrimonio con el escultor Don Gummer desde el año 1978 y disfruta mucho de sus hijos Louisa, Mamie, Henry Wolfe y Grace quienes ya tienen sus propias familias y han creado un círculo lleno de amor entre todos.
Pero antes de este cuento de hadas sufrió una tragedia muy difícil de superar. Antes de conocer a su esposo salió con el actor John Cazale. Su papel más conocido fue el de Fredo Corleone en “El Padrino”. Se conocieron cuando protagonizaban la obra de teatro “Measure for Measure” en el año 1976.
Era un amor de jóvenes: intenso y mágico; sin embargo, no duró mucho. Meryl Streep decidió dar un paso muy importante en su relación, se mudó al departamento de su novio en Manhattan. Pocos meses después de estar compartiendo hogar, lo diagnosticaron con cáncer de pulmón avanzado. Sus vidas cambiaron por completo y ahí inició la pesadilla.
El 12 de marzo de 1978 fue un día que marcó la vida de Meryl Streep. Se encontraban en el hospital ya con su novio muy grave. Cerró los ojos, la actriz no estaba preparada para estar sin él y comenzó desesperadamente a golpear su pecho y llorar sin control. En ese momento John abrió débilmente los ojos y con mucha fragilidad susurró “Está bien, Meryl, todo está bien…”, y “se fue”, dijo el doctor.
Semanas después de la trágica muerte de Cazale y por supuesto con terrible y pesada tristeza, Streep, su hermano y un amigo de él le ayudaron a recoger las cosas que tenía en el departamento que compartía con su novio. Meryl había visto al amigo de su hermano, el escultor Don Gummer, solo un par de veces. Vivía a pocas cuadras del lugar. Finalmente se enamoraron y llegaron al altar para estar juntos toda la vida.