Esta madrugada del domingo, la capital de Irak sufrió el peor ataque en lo que va del año, dejando al menos 200 muertos y más de 230 heridos, a tan solo unas horas del final del Ramadán, conocido por ser el mes sagrado de los musulmanes. El atentado fue perpetrado por el grupo terrorista ISIS, quienes con este último acontecimiento, demuestran que las autoridades son incapaces de instaurar medidas de seguridad eficaces.
La primera explosión, y la más mortífera, se dio en una concurrida zona comercial, frente a una tienda de helados en el distrito de Al Karrada, en donde el atacante hizo estallar una camioneta llena de explosivos en las afueras del centro comercial. El segundo ataque estalló en el este de Bagdad matando a 5 personas e hiriendo a otras 16.
El primer ministro, Haider Al Abadi, intentó acercarse a las zonas afectadas, prometiendo castigar a los responsables, pero los bagdadíes, enojados e impotentes ante la incapacidad del gobierno para frenar estos ataques, rodearon el convoy del mandatario, lanzando piedras e insultos.