“Winter on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom”, su título en inglés, recorre desde el día 1 al 93 la rebelión popular en torno a la Plaza Maidan, en el centro de Kiev. Muestra un antecedente clave para entender la invasión de Rusia. “Estos hechos fueron una lección para Putin”, contó su director
125 personas muertas, 65 que aún siguen desaparecidas. Otras 1890 sufrieron lesiones. 93 días que formaron parte de esta revolución en Ucrania que comenzó de manera pacífica y terminó de la peor manera, convirtiéndose en el anticipo de lo que sucede actualmente. Invierno en llamas (Winter on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom) es un documental que está disponible en Netflix y recorre los eventos durante aquel invierno de 2013 y 2014 en las calles de Kiev y que son uno de los tantos antecedentes que pueden ayudar a explicar el contexto de la brutal invasión de Rusia a Ucrania.
“¡Ucrania es parte de Europa!”, reclamaban los estudiantes reunidos en la plaza de Maidán (Plaza de la Independencia). Se estaba gestando la revolución que en principio era pacífica pero que terminó con una represión feroz. El documental de Netflix (nominado al Oscar como mejor documental en 2016) muestra los inicios y el final de una revuelta que impactó de lleno en la sociedad ucraniana.
El objetivo de los jóvenes era reclamar la integración de Ucrania a la Unión Europea. Eran los últimos pasos para poder vivir como un país europeo, pero el presidente de ese momento, Viktor F. Yanukovich, optaba por tener un vínculo estrecho con Rusia y alejar, así, a Ucrania de su autonomía plena.
El documental tiene una estructura que recorre de manera cronológica los principales acontecimientos, del día 1 al 93 del invierno ucraniano. Apenas un par de recuadros muestran a Vladimir Putin, el protagonista central de todo esto, el hombre que tras bambalinas movía los hilos de todo. Pero lo importante es que esta pieza de Netflix dibuja los contornos de actores y eventos que no son extraños para países con crisis periódicas, como los de América Latina.
Líderes políticos que les dan la espalda a sus sociedades, revueltas callejeras, represión con la policía (Berkut), más represión con fuerzas irregulares (titushki), más protestas, muertes y desaparecidos. Los diferencian los detallles, los nombres y una voluntad de cambio y libertad a prueba de balas.
En concreto, el documental muestra cómo se inicia la revolución, con un reclamo para que los políticos ucranianos firmaran el tratado de libre comercio de Ucrania con la Unión Europea. Empiezan los jóvenes, principalmente estudiantes. Pero cada vez más y más los que se juntaron en el frío invierno de noviembre y comenzaron a gritar: “Revolución”.
En el inicio, Invierno en llamas muestra cómo las fuerzas “del orden” rodean a los manifestantes, quienes responden con el himno nacional. La represión y los golpes se sucedieron en cuestión de segundos y el deseo de una manifestación pacífica quedaba en el olvido. Balas de plomo por doquier. Gritos desesperados y detenciones sin sentido.
Es la chispa que enciende todo. Una revolución sin precedentes en ese entonces que busca ser sofocada a fuerza de bastonazos, empujones, gases lacrimógenos, balas de goma y de las otras. “No actuaron como seres humanos”, relata uno de los manifestantes, quienes, luego de ser reprimidos en la plaza, se trasladaron a un monasterio para continuar con las protestas. Se fueron sumando sindicatos, políticos opositores, y lo que había comenzado con un pequeño aviso entre jóvenes se tornó en un tema para resolver.
“Puede parecer exagerado, pero esa gente estaba peleando. Estaba peleando hasta la muerte por Ucrania”, es uno de los testimonios que recoge el documental sobre la gesta de Maidán. Este documental ofrece, quizás, el código fuente del espíritu inquebrantable de los ucranianos que quieren sacudirse de una vez el tutelaje de Rusia.
Las fuerzas antidisturbios ucranianas, Berkut, fueron las encargadas de aplacar de la peor manera cada una de las manifestaciones que fueron surgiendo en los 93 días que duró la protesta. Luego del penoso saldo, esta fuerza fue disuelta y el nuevo presidente firmó el acuerdo para comenzar el ingreso definitivo de Ucrania a la Unión Europea que aún no está resuelto (tendrá una nueva chance de unirse recién en 2024).
Tras el éxito de esta revuelta generada por una parte del pueblo ucraniano, Yanukovych fue finalmente destituido, y como era de esperar, se refugió en Rusia.