La Cámara de Representantes aprobó por 232 votos frente a 197 acusar al presidente de “incitación a la insurrección” por los violentos sucesos de la semana pasada en el Capitolio.
El mandatario niega las acusaciones y ha calificado este proceso como una “continuación de la caza de brujas” en su contra.
Diez congresistas republicanos se alinearon con los demócratas y se decantaron a favor del impeachment. Esto supone una gran diferencia con el primer juicio político, en el que ningún republicano de la Cámara de Representantes lo aprobó.
Si bien reconocieron la gravedad de los hechos del Capitolio, la mayoría de los republicanos alegaron que un impeachment a una semana de que Trump se vaya del poder solo creará división y que este es el momento de cerrar heridas.
El caso pasa ahora al Senado, donde se celebrará el juicio político para determinar la culpabilidad del presidente y donde se necesita una mayoría de dos tercios para condenarlo.
La resolución aprobada este miércoles contiene un único artículo de impeachment contra Trump, que lo acusa de incitar a la insurrección contra el gobierno.
Estos son los puntos claves que plantea la acusación:
El presidente Trump repitió falsamente que los resultados de las elecciones presidenciales fueron fraudulentos y que no deberían ser aceptados por el pueblo estadounidense ni certificados por las autoridades estatales o federales.
El presidente Trump reiteró las falsas alegaciones ante una multitud cerca de la Casa Blanca e, intencionadamente, hizo declaraciones a la muchedumbre que fomentaron, y previsiblemente resultaron en, acciones ilegales en el Capitolio.
Miembros de la multitud, incitados por el presidente Trump, irrumpieron ilegalmente y cometieron actos vandálicos en el Capitolio, se involucraron en otros actos violentos, destructivos y sediciosos, incluida la muerte de un agente de las fuerzas de seguridad.
La conducta del presidente Trump siguió a sus previos esfuerzos por subvertir y obstruir la certificación de la elección presidencial.
El presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de gobierno, amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió con el traspaso pacífico del poder y puso en peligro a una rama de gobierno equivalente.
Concluyen que, por tanto, Trump se merece ser sometido a un impeachment, ser juzgado, retirado del cargo y descalificado para ostentar un cargo público nunca más.