El expresidente de Bolivia Evo Morales regresa este lunes a su país en una caravana multitudinaria, un año después del golpe de Estado que lo obligó a refugiarse en México y en Argentina.
Morales decidió regresar viajar por tierra desde la ciudad argentina de La Quiaca a la boliviana Villazón. En ambos lados de la frontera el expresidente fue escoltado por más de un centenar de vehículos y miles de simpatizantes que celebraron su regreso.
“Quiero decirles que no dudaba que iba a volver pero no estaba seguro de que iba a ser tan pronto. Es algo histórico, algo inédito, gracias a la unidad del pueblo boliviano y al acompañamiento de muchas autoridades del mundo”, afirmó Morales durante el acto de despedida en La Quiaca y en el que estuvo acompañado por el presidente argentino Alberto Fernández.
“Parte de mi vida queda en Argentina después de once meses, no me sentí abandonado. Hermano Alberto, somos la patria grande que trabajamos en complementariedad. Muchas gracias por acompañarme, por garantizar mi seguridad y sobre todo quiero que sepan que me salvó la vida. Eso nunca lo voy a olvidar”, agregó en un mensaje en el que también agradeció el apoyo del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
La víspera, Morales viajó en avión desde Buenos Aires a Jujuy, una provincia argentina fronteriza con Bolivia, en donde comenzó su despedida visitando a Milagro Sala, una líder social indígena que permanece presa desde hace casi cinco años.
Por la noche del domingo, Fernández y parte de su gabinete le ofrecieron una cena de despedida a Morales y a quien fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera.
Gracias a la ayuda de Fernández y López Obrador, Morales pudo refugiarse en la Ciudad de México. Ahí permaneció un mes, hasta que pudo viajar a Buenos Aires, en donde permaneció asilado hasta hoy.