Estados Unidos superó este fin de semana los 500,000 muertos por COVID-19, casi un año después desde la primera muerte por en el país por una infección de coronavirus, según datos de NBC News. Es el país que más muertes y contagios registró durante la pandemia con más de 28 millones, casi triplicando a la India y Brasil.
Mientras tanto la nación se encuentra en medio de una crisis económica como legado del expresidente Trump en forma de polarización, enfrentamientos y crispación social.
Para poner en contexto la cifra de muertes: equivale a la población de Atlanta o Sacramento y es mayor que la de los estadounidenses que perecieron en la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam juntas, con excepción de la Guerra Civil o de Secesión, que se libró entre 1861 y 1865 y dejó 620,000 soldados muertos. En el mundo ya se han infectado más 97 millones de personas y más de dos millones fallecieron por la enfermedad.
El escandoloso registro llega, al menos, en un momento esperanzador: el número de nuevas infecciones cayó por debajo de 100,000 el 12 de febrero por primera vez en el mes, las muertes están bajando y las vacunas se administran a un ritmo constante.
En la ciudad de Nueva York, más de 28,000 personas murieron a causa del virus: es decir, una de cada 295 personas. Tan solo en el condado de Los Ángeles, California, (el estado más golpeado con más de 49,000 decesos) murieron 20,000 personas por COVID-19, aproximadamente una de cada 500.