La nomofobia (non-mobile-phone-phobia) puede entenderse como un miedo o ansiedad extrema de carácter irracional que se origina cuando la persona permanece durante un período de tiempo sin poder usar su teléfono móvil.
Luego de la caída de las principales redes sociales y WhatsApp, se volvió a tocar el tema de la ansiedad tecnológica.
Durante los últimos años el uso del teléfono móvil ha ido creciendo de manera exponencial, especialmente desde la aparición de los dispositivos inteligentes. Su uso excesivo y no racional puede ocasionar problemas de dependencia, adicción y miedo.
Actualmente, la nomofobia no está considerada aún como una patología o un trastorno del comportamiento, pero lo cierto es que es consecuencia de una adicción al uso descontrolado del teléfono celular.
Estadísticas internacionales señalan que la nomofobia puede ser más frecuente en los usuarios jóvenes de celulares inteligentes, que son los dispositivos que generan mayor dependencia por la amplia navegación que permite.
De acuerdo con un estudio realizado en España publicado este año, la hipótesis más extendida propone que el miedo puede ocurrir por cuatro factores principales: imposibilidad para comunicarse con otros, pérdida de conexión, incapacidad de acceder a la información y renuncia a la comodidad (tener control sobre el dispositivo, especialmente en relación con la batería, cobertura y saldo).
El estudio refiere además que la “condición produce una dependencia absoluta, la cual genera un problema de autoestima y de relación. De hecho, la inseguridad personal es el factor más común”.
La investigación señala que padecer de este problema puede llevar a sufrir “peores hábitos alimenticios, una disminución del tiempo de descanso,
aislamiento social, menor rendimiento tanto en los estudios como en el trabajo y mayor distracción”. También problemas físicos: podría desarrollar el síndrome del túnel carpiano (daño en los músculos de la mano).
Es importante identificar cuando una conducta se vuelve adictiva y no nos permite interactuar correctamente con nuestro entorno, cambiar la perspectiva sobre este tema fuera de un marco de adicción, y ver el uso de los dispositivos como una herramienta de comunicación y trabajo.