Setecientas páginas y cuarenta años de rock: Elvis Costello publica sus memorias, una sabrosa colección de los episodios más destacados de la carrera del músico británico, uno de los más influyentes de su generación.
En Unfaithful Music and Disappearing Ink, lanzado el martes, el músico cuenta cómo en 1977, frustrado por no encontrar una discográfica en Estados Unidos, tomó su guitarra eléctrica y se puso a tocar frente a un hotel de Londres donde se encontraban algunos responsables de CBS Records. Hasta que la policía llegó para arrestarlo.
La jugada fue de todas formas un éxito: atrajo la atención de los medios y le abrió las puertas del mercado estadounidense. Costello estaba así en camino de convertirse uno de los músicos más respetados de la era post-punk y de la nueva ola.
De hecho, en cuarenta años de carrera, el compositor e intérprete entró a la historia del rock con álbumes como My Aim Is True o Armed Forces, y colaboraciones prestigiosas que van desde Paul McCartney hasta el pianista de Nueva Orleans Allen Toussaint.
Hijo de músico, Costello -cuyo verdadero nombre es Declan Patrick MacManus- creció entre Londres y Liverpool. “La decisión de tomar el nombre de Elvis siempre pareció insensata, una combinación concebida por mis ’managers’ para atraer la atención del público (…) lo que mi hermosa cara y mi carisma animal no podían hacer” , escribe con ironía el roquero que suele usar gruesos anteojos.
También se refiere a las interpretaciones a veces completamente equivocadas de sus canciones, como Alison, que algunos percibieron como un llamado a la violencia contra la heroína del título.
“De todas las afrentas extrañas y comentarios fuera de lugar que he recibido en todos estos años el término ’misógino’ es el que considero más desconcertante”, señala.
El roquero aborda también un episodio que casi le cuesta la carrera en 1979, ocurrido en el bar de un hotel de Columbus (Ohio, norte de Estados Unidos) .
Bastante achispado, Costello se lanza en una viva discusión con el músico Stephen Stills, quiere provocar y usa un lenguaje racista para referirse a los íconos de la música negra James Brown y Ray Charles.
Costello compuso Free Nelson Mandela algunos años después de este incidente, que describe como un punto de inflexión en su carrera: “Esa noche en tal vez salvó mi pobre vida”.