La escena es conocida: la persona se está preparando para acostarse, después de un largo día, y en este exacto momento de descanso, las piernas empiezan a doler, y hay una intensa voluntad de moverlas ¿Te paso alguna vez? Probablemente, este sea el caso del síndrome de las piernas inquietas que es un problema neurológico.
La denominación “piernas inquietas” se refiere al hecho de que el individuo tiene que mover las piernas para aliviar los síntomas incómodos, como dolor, hormigueo y ardor, de la rodilla hacia abajo, especialmente al final del día, y que puede empeorar en períodos de reposo prolongado.
Otra pista para el diagnóstico de síndrome de piernas inquietas son los movimientos periódicos de los miembros, que ocurren por la noche durante el sueño, y son involuntarios.
En relación a factores que pueden agravar el síndrome, se destaca el consumo abusivo de cafeína, el enemigo de quienes sufren de este síndrome.
Por otro lado, moverse constantemente y hacer masaje en las piernas son buenos consejos para aliviar estos síntomas. Todavía no hay formas de prevención para el síndrome de las piernas inquietas, incluso porque una parte grande de los casos es hereditaria.
Como siempre, lo ideal es buscar orientación de un médico familiarizado con este problema, que sugerirá la mejor opción de tratamiento al paciente, después de confirmar el diagnóstico.