El miembro de la realeza trabajó con la organización Nevis Turtle Group en la Isla Nieve (Nevis en inglés). En esta ocasión, cinco tortugas quedaron relegadas sin poder llegar al mar por lo que permitieron al Príncipe Harry ayudarlas a seguir su camino.
La organización se dedica a monitorear a este especie amenazada por depredadores y actúan de rescatistas cuando una de ellas tiene problema.
La actividad se llevó a cabo en la playa de “los amantes” y Harry fue en representación de la Reina Isabel, rol que adquirió en su recorrido por las distintas islas del Caribe.