Chris Porsz, un paramédico que de joven disfrutaba caminar por las calles de Inglaterra teniendo en su cabeza una tremenda crisis existencial. En los años 80s, se compró una cámara y comenzó en forma amateur a fotografiar a sus amigos y vecinos. Así paso varios años y Chris se pasó la vida salvando vidas y fotografiando momentos de la vida de sus seres especiales.
Mucho tiempo después, decidió repetir aquellas fotografías con los mismos protagonistas y el resultado es conmovedor.
El trabajo de Chris Porsz consiste en transportar a personas directo a su juventud, ahí donde la rebeldía lo hacía vestirse de maneras atrevidas y amaban con intensidad. Si se les había olvidado que tenían la facultad de ser felices, las fotografías les recuerda –a todos– que nunca dejaremos de ser el niño que reía al sentirse libre.