El incidente dejaba “conmocionados” a la familia, que actuaban rápidamente tras darse cuenta del desvalijo.
El pasado lunes, David y Victoria Beckham vivían un susto que difícilmente podrán olvidar. La pareja, que reside en la exclusiva zona de Holland Park en Londres, eran asaltados en su mansión mientras ellos y su hija Harper, de 10 años, se encontraban en su interior. Un robo que, por suerte, no llegó a más. Tal es así que la pareja ni siquiera se percató de que habían violado su propiedad privada. Era su hijo Cruz, de 17 años, el que tras llegar pasada la medianoche de estar reunido con sus amigos se percataba de que una de las habitaciones de invitados había sido saqueada y los cristales abundaban en el suelo. El o los ladrones enmascarados (dado que se desconoce el número de personas que entraron) se habían infiltrado de manera sigilosa por la ventana, ubicada una planta más arriba de las habitaciones donde dormían los padres y la hija, y habían escapado por el mismo sitio sin que nadie se diese cuenta.
Según cuenta el diario ‘The Sun’ y ampliar otros muchos medios británicos, quien hubiese entrado se habría llevado varios miles de euros en artículos de diseño y dispositivos electrónicos. Conjunto de pertenencias que, por suerte, no tenían gran apego sentimental a la familia. Tras alertar el joven a sus padres del incidente, estos llamaron a las autoridades y David habría recorrido la mansión al completo para comprobar si alguien seguía allí dentro. Al mismo tiempo, Victoria se habría quedado cuidando a sus hijos, que al igual que ellos “se encuentran conmocionados”.
No es la primera vez que sufren de un robo…
Según reportan autoridades del vecindario, muy cercano al palacio de Kensington donde residen el príncipe Guillermo y Kate Middleton, otros dos robos fueron notificados en las inmediaciones aquella misma noche. Así las cosas, parece que los Beckham habrían sido víctima de un grupo organizado y profesional que esa misma noche habría operado en residencias colindantes. Aunque esta no es la primera vez que el matrimonio ve vulnerada su privacidad por un par de cacos que se adentraban en su vivienda buscando objetos de valor.