Maru es una joven que está atravesando su segundo cuadro de COVID-19. Había sido uno de los primeros casos detectados en nuestro país en marzo pasado, que incluso requirió de su internación por la complicación que presentó. A inicios de este mes, lamentablemente volvió a contraer el virus. En diálogo con La Unión, contó su experiencia que hasta el momento es única en nuestro país, lamentando la discriminación que ha sufrido. Así mismo, pidió a los “escépticos” que crean en “el virus maldito”.
Maru rememoró que entre los pasados meses de marzo y abril le había dado “muy fuerte” el coronavirus, debido a que su estado se complicó con una neumonía, por lo que había sido internada en Ingavi y luego fue trasladada al INERAM, ambos hospitales preparados para la atención de pacientes con COVID-19. “Me tomó por un mes y medio, de los cuales estuve internada por 15 días”, comentó la joven en diálogo con La Unión.
Señaló que la primera vez fue contagiada por su hermana, cuyo caso había sido determinado como sin nexo. “A ella se le diagnosticó el 8 de marzo en un laboratorio privado. Tardó bastante en que el Ministerio de Salud en reconocerlo. Primero había dado negativo, pero mis síntomas fueron empeorando y después ya dio positivo”, afirmó.
“Hice un tratamiento más intenso y me pude recuperar”, agregó. No obstante, aseveró que quedó con algunas secuelas, especialmente en lo que refiere al cansancio. “Mi vida ya no es como antes”, expresó.
Mencionó que volvió a su lugar de trabajo a fines de abril, tras el certificado de recuperación firmado por el Dr. Guillermo Sequera, director general de Vigilancia de la Salud. Desde entonces, asegura que ha tomado aún más los recaudos sanitarios, aunque lamentablemente el virus le volvió a tomar a principios de este mes de agosto. En ese sentido, cree que justamente allí, en su puesto laboral, se contagió. “Eso es lo que hasta ahora no puedo entender, con todos los cuidados extremos que cumplí en mi trabajo”, expuso la joven, quien tiene dos hijos, uno de 14 años y otro de 9. Además, comentó que vive con otras cinco personas, pero resaltó que en su domicilio afortunadamente cuenta con baño individual para mantenerse aislada.
“La semana pasada me volvió a dar un resfrío, el 4 de agosto. En este último caso yo decía que era un cuadro de alergia nada más, pero a medida que pasaba el tiempo me sentía más cansada, se me inflamaba la garganta y tenía un poco de tos. Hace 5 días perdí los sentidos del gusto y del olfato. Ahora mismo tengo dolor de cabeza intenso, tos constante, dolores musculares. A cada rato quiero dormir”, detalló Maru con relación a los síntomas. Mencionó que fue en el INERAM donde se realizó la toma de muestra, donde se encontró con la sorpresa de que nuevamente dio positivo al coronavirus. “Me había agendado en el 154 (número del Ministerio de Salud), 45 minutos después me atendieron”, detalló.
Destacó que esta vez solo se mantiene aislada en su casa y no necesita internación. No obstante, afirmó que su hermana, quien la había contagiado en aquel primer caso, ahora nuevamente está presentando síntomas, por lo que la semana próxima se volverá a someter al testeo de coronavirus.
Más allá de su situación de salud, Maru lamentó que una de las experiencias más malas que está teniendo que atravesar en todo este tiempo es la discriminación, especialmente en el barrio donde vive.
En cuanto a la medicación, dijo que está tomando los indicados contra dolores de cabeza, de garganta y fiebre. En el hospital, cuando estuvo internada, recordó que la trataron con hidroxicloroquina, antibióticos e inyecciones anticoagulantes, entre otros.
Maru afirmó que ya se contactaron con ella varios neumólogos, que quieren evaluar su caso y examinar su inmunidad a través de estudios.
Finalmente, envió un mensaje a las personas que mantienen su incredulidad y escepticismo sobre el coronavirus. “Les pido que crean en este virus, es un virus maldito. No es joda. Le pido a la gente que se cuide”, culminó.
FUENTE: LA UNIÓN