Cientos de invitados se sentaron el martes en una mesa de 500 metros de largo (1640 pies) en el Charles Bridge en Praga, compartiendo alimentos y bebidas que habían traído desde sus casas.
Se alentó a los invitados a compartir con sus vecinos y no hubo distanciamiento social, algo con lo que las personas en los países en cuarentena encontrarán difícil relacionarse.
Hubo menos de 12,000 infecciones en la República Checa, un país de 10 millones. Alrededor de 350 personas han muerto.
El organizador del evento dijo que la celebración fue posible debido a la falta de turistas en la famosa ciudad encantadora.
Ondrej Kobza, organizador de la fiesta y propietario de un café en la ciudad, dijo a la agencia de noticias AFP: “Queremos celebrar el final de la crisis del coronavirus dejando que las personas se reúnan y demuestren que no tienen miedo de reunirse, que no tienen miedo de tomar un pedazo de sándwich de su vecino “.
FUENTE: BBC