Brasil es en la actualidad uno de los países más golpeados por la pandemia, aproximándose ya a los 300.000 fallecidos mientras que la escasez de oxígeno y medicamentos para los contagiados por el virus amenaza con agravar el colapso que ya vive el país por la falta de cupos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) ante el creciente número de ingresos.
El Consejo Nacional de Secretarios de Salud, reveló el martes que en las últimas 24hs fallecieron 3.251 personas a causa de la enfermedad, alcanzando un total de 298.676 muertes desde el inicio de la pandemia. Además se registraron 82.943 nuevos casos en un día, y 12.130.019 contagios en total.
La crítica situación tiene a Brasil en jaque, pues, además de la fuerte crisis que se vive en el sistema de salud, permanecen las críticas a la cuestionada gestión del Gobierno de Jair Bolsonaro, que trabaja de forma desarticulada con los mandatarios regionales para enfrentar el recrudecimiento de la pandemia en el país.
Mientras que algunos de los estados más poblados de Brasil, como San Pablo y Río de Janeiro, adoptaron severas medidas para frenar los contagios, el mandatario continúa negando la gravedad de la pandemia; asegura que el país es un ejemplo en el manejo de la misma y hasta ha acudido a la Corte Suprema para limitar los poderes de los mandatarios regionales.