Desde que el que fuera uno de los matrimonios más estables y atractivos de Hollywood anunciara su divorcio, no han cesado las acusaciones cruzadas de ambos
El eterno divorcio de Bradd Pitt y Angelina Jolie no ha sido tan mediático como el juicio de Amber Heard y Johnny Depp, pero el final de su relación de 12 años (y dos de matrimonio) causó un gran revuelo en septiembre de 2016.
Aunque parezca que fue hace una eternidad cuando la que fuera una de las parejas más estables de Hollywood anunció que tomaban caminos separados por “diferencias irreconciliables”, la batalla legal continúa y hay nuevas revelaciones.
Si a finales del año pasado hablábamos de una nueva derrota para Pitt cuando el Tribunal Supremo rechazó la petición del actor en el caso de la custodia de sus hijos, ahora ha sido Jolie la que ha recibido un golpe de parte de su exmarido.
En la última petición judicial del intérprete en su eterno enfrentamiento ante la ley por la venta de Miraval, el viñedo que compraron en 2008, Brad ha acusado a Angelina de dañar intencionalmente la reputación del negocio de vino que ambos tenían.
Hace 14 años, la pareja decidió invertir en el sur de Francia comprando el Château Miraval, un gran viñedo que no solo se convirtió en un negocio próspero durante unos años, sino que además fue uno de los enclaves más significativos de la familia Pitt-Jolie.
En 2014, los novios se dieron el ‘sí, quiero’ y se convirtieron en marido y mujer. Unas nupcias que terminaron solo dos años después con un divorcio inminente que todavía intentan hacer llegar a término y con muchas acusaciones cruzadas que involucran a los seis hijos que tienen en común.
La forma en la que supuestamente la estrella de ‘Maléfica’ perjudicó a la empresa Miraval trasciende ahora a través de la información que publica ‘People’. El tabloide estadounidense revela que Pitt afirma en la última presentación judicial que su exmujer “trató de hacerle daño a él” vendiendo sus acciones en la compañía a un “extraño con asociaciones e intenciones ponzoñosas”.
Según las declaraciones del actor, los dos habían acordado que nunca venderían su participación en la empresa familiar sin el consentimiento expreso del otro.
Los documentos a los que ha tenido acceso el citado medio fueron presentados a la Corte Superior de Los Ángeles, y en ellos el equipo legal de Brad Pitt habla de Miraval como la gran “pasión” de su cliente. Además, también dejan constancia de que lo que comenzó como un proyecto pequeño terminó creciendo hasta convertirse en un “negocio internacional multimillonario y uno de los productores de vino rosado más prestigiosos del sector”. La acusación más grave viene ahora, pues Pitt asegura en esos folios que su exmujer no contribuyó en absolutamente nada al éxito de Miraval.
El extraño que ahora tiene parte de la empresa vinícola es Yuri Shefler, un multimilllonario ruso propietario, entre otras cosas, de la marca de vodka Stolichnaya, cuyo nombre cambió a Stoli por miedo al boicot tras la invasión de las fuerzas rusas en Ucrania. Precisamente por su asociación directa con un grupo que opera en el mercado de las bebidas espirituosas, los abogados de Brad Pitt buscan demostrar que Angelina Jolie causó un daño a la marca al venderle sus acciones, sin respetar el derecho a veto de su exmarido, a un magnate con “tácticas comerciales despiadadas y asociaciones profesionales dudosas”.
Aunque las acusaciones que vierte el actor con respecto a las intenciones de su mujer son graves, todo se resume en la búsqueda de una compensación por daños y prejuicios ocasionados y, por supuesto, que la venta quede anulada por haber sido hecha sin respetar el contrato de Pitt.
El monto que Angelina Jolie tendría que pagarle al padre de sus hijos en caso de resultar culpable de las acusaciones que él presenta será determinado en un juicio con jurado. Pitt demanda a Jolie por incumplimiento de un contrato implícito de hecho, incumplimiento del pacto explícito de buena fe y trato justo, abuso de derechos en virtud del artículo 6-1 del Código Civil de Luxemburgo e interferencia ilícita en las relaciones contractuales y comerciales.
Fuente: Vanitatis