El avance imparable de los talibanes durante el fin de semana ha llevado al grupo insurgente a las puertas de Kabul, la capital afgana, donde “no planea entrar a la fuerza”, según un comunicado hecho por el Talibán.
Tras tomar el control de casi la totalidad del país, los talibanes han ordenado a sus combatientes que se abstengan de protagonizar incidente violentos y permitan el paso seguro a cualquiera que quiera irse mientras negocian con el actual gobierno una transición de poder.
En este marco, varias informaciones que citan a funcionarios afganos, afirman que el presidente Ashraf Ghani ha abandonado el país, junto con el vicepresidente Amrullah Saleh, sin que se conozca aún hacia dónde se dirigen ahora.
Ghani se ha visto sometido a una presión cada vez mayor para que presentara su dimisión después de que las principales ciudades de Afganistán hayan caído en manos de los militantes talibanes en menos de 10 días.
Un portavoz de los talibanes le dijo a Yalda Hakim de la BBC que en la captura de Kabul “no habrá venganza” contra el pueblo afgano.
“Le aseguramos a la gente en Afganistán, particularmente en la ciudad de Kabul, que sus propiedades y sus vidas están a salvo, no habrá venganza contra nadie”, dijo Suhail Shaheen a la BBC.
“Somos los servidores del pueblo y de este país”. “Nuestro líderes han dado instrucciones a nuestras fuerzas para que permanezcan a las puerta de Kabul, sin entrar en la ciudad. Estamos esperando una transferencia pacífica del poder”, añadió.
Avance sin resistencia
Todos los informes apuntan a que los militantes encontraron poca resistencia en su avance hacia la capital en el que fue clave la caída de la ciudad oriental de Jalalabad y ahora esperan a las puertas de Kabul.
La ofensiva talibán se produce en medio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras después de 20 años de operaciones militares que no esperaban el rápido colapso de las fuerzas gubernamentales.
Los talibanes fueron derrocados del poder en 2001, tras una incursión militar liderada por Estados Unidos, pero poco a poco el grupo islamista ha ido retomando fuerza a lo largo y ancho de Afganistán.
La ONU pidió a los países vecinos de Afganistán que mantengan sus fronteras abiertas a medida que aumenta el número de civiles que se desplazan en el territorio.
Los talibanes controlan ahora todas las carreteras que llevan a Pakistán, el país vecino que ya alberga a más de tres millones de refugiados afganos.
El ejército afgano no pudo contener la rápida ofensiva y en este contexto, el ministro del Interior afgano en funciones apareció en un video, transmitido por el medio local Tolo TV, diciendo que habría una “transferencia pacífica del poder” a un gobierno de transición.
Y recalcó que Kabul no sería atacada.
Sin embargo, las calles de la capital han sido testigos del pánico y el miedo de la población que trata de escapar por diversas vias.
Se han formado largas colas de coches a medida que la gente intenta encontrar una salida de la ciudad.
También se han visto largas colas en los bancos de personas que intentan retirar sus ahorros.
“Desde mi casa veo como la gente trata de huir”, describió para BBC la diputada afgana Farzana Kochai.
Un colega le dijo al periodista de la BBC Ethirajan Anbarasan que algunas oficinas gubernamentales ya han sido evacuadas y que se habían cerrado multitud de tiendas.
Varios países, entre ellos Estados Unidos, Italia o Reino Unido, ha intensificado los esfuerzos de evacuación de los miembros del personal de su embajada.
De hecho, el gobierno de EE.UU. confirmó el cierre de su embajada en Kabul una vez haya terminado la evacuación de su personal.