Las distracciones roban tiempo (y es difícil regresar a la tarea en cuestión). Normalmente la frustración aumenta por tener que reconstruir los pensamientos y nos cansamos de recuperar el tiempo perdido. Todo esto nos lleva a cometer errores y a repetir el trabajo, perdiendo así más horas.
1. Desconéctate del mundo
Olvida los problemas físicos que no puedes cambiar. Tengo un amigo en Dallas que, durante la crisis del ébola, luchó para no interrumpir constantemente su trabajo al buscar nuevas noticias sobre la enfermedad. Obviamente era un tema de interés general y le preocupaba mucho, pero cuando necesitaba bloquear lo que pasaba afuera, mantenía su televisión y radio apagados (a veces hasta el internet).
2. Practica un tipo de aceptación constructiva
Debes aceptar lo que no puedes cambiar. Por ejemplo, tal vez necesitas terminar de escribir una propuesta para un cliente al finalizar el día porque si no los haces corres el riesgo de perder un negocio. No te gusta tener que escribirla, pero quieres tener trabajo. Así que dices: “Está bien, déjame pensar en algunos de mis clientes favoritos y pretender que estoy hablando con ellos”. De repente tu trabajo parecerá más agradable y lo harás sin quejarte.
3. Visualiza el “yo” ideal
Me gusta esta técnica porque terminas sintiéndote bien contigo mismo. Visualízate logrando exactamente lo que quieres. Si debes escribir una propuesta piensa en ti firmando con broche de oro tu mejor trabajo. O imagínate que estás completamente concentrado en la tarea. El punto es: la mente sigue a la imaginación y lo físico sigue a la mente
4. Intenta uno o dos contragolpes psicológicos
Otra técnica que puede servir para tu mente es lo que hacen los boxeadores cuando golpean. Cuando un pensamiento contraproducente como: “Me pregunto si he recibido correos, creo que revisaré mis emails” afecta tu concentración, da un contra golpe como este: “Estarás decepcionado después si no terminas esta tarea y no tendrás otra oportunidad”. Inmediatamente dale tu mejor golpe: Recuerda lo bien que se siente terminar un proyecto. ¡Te sentirás muy bien!.
5. Pegá afirmaciones positivas a tu alrededor
Claro, al principio te sentirás algo tonto repitiendo una afirmación positiva. Pero hay algo de ciencia involucrada en esto.
Estás tratando de programar tu subconsciente leyendo algo bueno del trabajo que tienes frente a ti. Es como si trataras de darte a ti mismo un trago de adrenalina para tener energía. Cuando tienes mensajes positivos a tu alrededor usualmente también hay una reacción física. Encuentra las palabras que te funcionen.
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